La vida en los bosques de Bangladesh: Luchas contra la energía sucia y soluciones energéticas de las comunidades
15 diciembre, 2021
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15 diciembre, 2021
Entre las centrales de energía nuclear, las minas de carbón y las centrales de energía a carbón, las comunidades y ecosistemas de Bangladesh están enfrentando múltiples amenazas derivadas de una carrera hacia el ‘desarrollo’ que lo único que provocará es devastación.
Aunque su economía todavía es frágil, el gobierno de Bangladesh les está abriendo la puerta a grandes empresas que traen promesas vacías de empleos y seguridad energética para las comunidades locales cuyas vidas y medios de sustento son pisoteados. La industrialización de áreas vírgenes tales como el rico ecosistema del Sundarbans ya está provocando graves impactos: la marginación de comunidades que han vivido en armonía con el bosque por décadas y el aumento de la vulnerabilidad del país ante los impactos del cambio climático.
Con más amenazas que se ciernen sobre el pueblo y el medioambiente en Bangladesh, hay mucho de qué preocuparse y mucho contra lo que hay luchar y oponer resistencia. Los pueblos y las comunidades están demostrando una increíble resiliencia, energía y fortaleza. Más que eso, brindan esperanza mediante soluciones energéticas que benefician tanto al pueblo como a los ecosistemas.
Las/os pescadoras/es dependen de las aguas del Sundarbans, cerca de la central de energía a carbón de Rampal, para obtener sus medios de sustento.
Central de energía nuclear de Rooppur: una catástrofe en ciernes
“Rooppur se presentó como una alternativa. Ahora sabemos lo que las centrales nucleares pueden hacer. Sabemos las catástrofes que podrían ocurrir si se da cualquier tipo de desperfecto, si se produce cualquier tipo de accidente. La catástrofe supera nuestra imaginación. Y durará para siempre, por generaciones y generaciones.
- Khushi Kabir, ONG Nijera Kori.
La idea de la central de energía nuclear de Rooppur se materializó en un primer momento en la década de 1960, y aunque fue olvidada tras la independencia, el proyecto resurgió en la década de 1970 con el apoyo de lo que era entonces la Unión Soviética. En los últimos años, Rooppur surgió como una fuente alternativa de suministro de energía para Bangladesh, tras descubrirse que las reservas de gas eran menores que lo que se pensaba originalmente.
El proyecto está atrayendo mucho dinero, incluido financiamiento y tecnología de Rusia y un préstamo de la India por $14 mil millones de dólares estadounidenses. La promesa de empleos, energía y seguridad militar se está desvaneciendo ya que la central eléctrica sería manejada por India, lo que demuestra una vez más que mientras la población local es la que corre el riesgo, no recibirá ningún beneficio.
Además, la central nuclear está prevista en una zona densamente poblada, donde cualquier accidente tendría consecuencias inimaginables. El lugar de las obras ya ha sido escenario de lesiones de trabajadoras/es, ya que el gobierno se apresura para cumplir con los plazos a pesar de la pandemia de Covid-19, lo que aumenta la probabilidad de que se produzcan accidentes una vez que la central se ponga en funcionamiento.
Central de energía a carbón de Barapukuria: la maldición de las cenizas volantes y la escasez de agua
En la provincia de Dinajpur en el norte de Bangladesh, la central de energía a carbón de Barapukuria ha provocado devastación en las comunidades locales y los ecosistemas desde hace décadas.
La central de energía a carbón de Barapukuria se cierne sobre la aldea de Dudhipur occidental, esparciendo su contaminación tóxica en todas las direcciones.
La adquisición de tierras para construir la central de energía comenzó en el año 1995, y la mina de carbón se puso en funcionamiento en 2005. Allí se producen entre 4000 y 5000 toneladas de carbón por día, de las cuales 2000 toneladas se usan en la central eléctrica y el resto se vende a operadores de hornos de ladrillos. Tanto la mina de carbón como la central eléctrica se están ampliando, lo que exacerbará los problemas para las comunidades locales.
Los avances de la central de energía a carbón han tenido como resultado contaminación provocada por las cenizas volantes y escasez de agua, lo que trae aparejado enormes problemas de salud y destruye la tierra. La promesa de empleos y energía para las comunidades se evaporó rápidamente, dando lugar a la devastación de vidas y medios de sustento, mientras cientos de personas esperan ser indemnizadas por los impactos irreversibles.
La vida en la aldea de Dudhipur oriental, a la sombra de la central de energía a carbón de Barapukuria.
La Asociación de Abogadas/os Ambientales de Bangladesh (BELA/ Amigos de la Tierra Bangladesh) y Amigos de la Tierra Internacional visitaron la aldea de Dudhipur oriental para conocer los impactos que enfrenta la comunidad.
Pobladoras/es de Dudhipur oriental nos contaron que el polvo de las cenizas volantes emitidas por la central a carbón provoca problemas de salud, con enfermedades cutáneas y oculares que afectan incluso a las personas más jóvenes. La asistencia médica más cercana se encuentra a 10 km en Phulbari, lo que dificulta aún más el acceso a la salud. Las cenizas volantes también destruyen la fertilidad de la tierra agrícola de la que dependen las comunidades para sobrevivir.
Rokshana Parveen de la aldea de Dudhipur oriental explica cómo la central a carbón ha perjudicado a la población:
“Cuando comienzan a llover las cenizas, no podemos salir afuera con nuestras/os hijas/os, llevar nuestro ganado a los pastizales o secar la ropa lavada. Las cenizas que vuelan por el aire nos provocan lesiones en los ojos, pérdida de cabello y salpullidos. Nuestros huertos frutales están sufriendo. Ya no crece nada. Nosotras/os somos las personas que sufren”.
Niños juegan en la aldea de Dudhipur oriental.
Las comunidades locales, especialmente las mujeres, también se ven enormemente afectadas por los impactos irreversibles de los avances de la central a carbón sobre su acceso al agua. La central requiere enormes cantidades de agua subterránea, lo que provoca escasez de agua para la población. Los estanques pequeños de los que dependía la comunidad para obtener agua, que se conocen localmente como ‘pukur’ y que es común encontrarlos en todo Bangladesh, se han secado. Ahora la población tiene que sobrevivir con agua que llega a la zona por cañería solamente una hora por día. Tanto el agua superficial como el agua por cañería están contaminadas y son ácidas.
Las quejas, manifestaciones y protestas que realizan las comunidades locales no son escuchadas por el gobierno, y la ampliación de la mina y la central eléctrica sólo indican que habrá mayor destrucción y más pérdidas para las comunidades. Más allá de reclamar indemnización y restauración para sí mismas, las comunidades locales quieren que esto sirva como ejemplo de los impactos desastrosos que tiene la minería de carbón y la generación de energía a base de carbón, para evitar que se repitan los mismos errores en Rampal, donde las comunidades locales así como el bosque virgen del Sundarbans se encuentran en riesgo.
“Hemos escuchado que habrá otra central de energía térmica en Rampal. Ya hemos sufrido por la central de energía térmica en nuestra zona, y ellas/os ahora van a enfrentar un destino similar. No queremos eso”.
- Rafiqul Islam, habitante de Dudhipur oriental.
Bosque Sundarbans: la Madre protectora
“Hemos visto que cuando hay grandes tormentas como la Sidr y Aila, el Sundarbans nos protege. Sundarbans es como nuestra madre y tenemos que protegerla”.
- Shikha Halder, de la localidad de Chila, Sundarbans.
La hermosa biodiversidad del ecosistema del Sundarbans, cerca de la aldea de Laudob.
El bosque Sundarbans, el bosque de manglares costeros más grande del mundo, se extiende a lo largo de 10.000 km cuadrados en la costa de Bangladesh e India. Su nombre significa “bosque hermoso” en lengua bangla. Como patrimonio mundial de la UNESCO y sitio Ramsar, se lo reconoce como zona de humedales de importancia internacional y alberga tres santuarios de vida silvestre.
El bosque de mangle ha sido por generaciones el sostén de la vida y los medios de sustento de las comunidades locales, con campesinas/os, pescadoras/es y recolectoras/es de miel viviendo en armonía en este rico ecosistema.
Pescadores cerca de Karamjol, Sundarbans.
Khushi Kabir, de la organización no gubernamental de Bangladesh Nijera Kori que organiza a campesinas/os sin tierra, recuerda:
“Tuve suerte de haberlo visto en los primeros años. Comencé a trabajar aquí en el 80, 81 y fui testigo de la relación simbiótica entre el Sundarbans y su periferia y la gente de la zona y cómo trabajaban”.
Khushi Kabir en su hogar en Dhaka.
En un país que se cuenta entre los más vulnerables del mundo a los impactos climáticos, el Sundarbans representa un refugio crucial que oficia como sumidero natural de carbono y asimismo como barrera protectora contra ciclones, tormentas y tsunamis.
Mujeres sonríen en la aldea de Laudob, Sundarbans.
Los animales del Sundarbans.
Esta relación simbiótica entre la población y el bosque se ha visto erosionada por la industrialización creciente de la zona, que incluye la amenaza inimaginable de una central de energía a carbón en una de las zonas más biodiversas de Bangladesh.
“Lo que está sucediendo ahora con la central eléctrica y la posterior industrialización de una zona muy frágil -frágil desde el punto de vista ecológico, pero también en términos de la vida y los medios de sustento de la gente-, es la destrucción de un sistema entero en nombre del desarrollo".
- Khushi Kabir, ONG Nijera Kori.
En la aldea de Laudob, la comunidad ha mantenido y vivido con el ecosistema durante muchos años, cuidando el bosque y la vida silvestre que sostiene sus vidas y medios de sustento generación tras generación. La devastación provocada por la industrialización de la zona ya está dejando una sombra en este lugar. La pesca industrial trajo aparejada la construcción de carreteras y la excavación de tierras, afectando los medios de sustento.
Gente en sus tareas diarias trillando granos y cuidando de sus animales, aldea de Laudob, Sundarbans.
Sacrificios en nombre del desarrollo
“Estamos en contra de esta energía a carbón. Destruye los recursos naturales, los animales y la salud. Hemos realizado protestas e incluso hicimos una cadena humana. La central a carbón está a sólo 14 km del Sundarbans. El Sundarbans quedará arruinado a causa de las cenizas volantes y el carbón. Es por esto que estamos gritando en su contra. Necesitamos energía, pero no así”.
- Adv Mohsin, anciano luchador por la libertad.
Lugar de las obras de la central de energía a carbón de Rampal, pegado a las aguas del Sundarbans.
La amenaza de la central de energía a carbón de Rampal ha estado rondando en la mente de todas las personas en los últimos años. Habitantes, pescadoras/es, comunidades locales y ONG comparten las mismas preocupaciones e incomprensión frente a la posibilidad de que se construya una enorme central de energía a carbón en el ecosistema más frágil y valioso de Bangladesh.
“Este proyecto destruiría por completo el mayor bosque de mangle del mundo, y desplazaría a millones de personas de sus medios tradicionales de sustento”.
- Syeda Rizwana Hasan, directora ejecutiva de la Asociación de Abogadas/os Ambientales de Bangladesh (BELA).
Cartel que marca la ubicación de la central eléctrica de Rampal, visible desde un bote en las aguas del Sundarbans.
El proyecto de central eléctrica que debía comenzar a funcionar a fines de 2021 se retrasó aún más debido a la pandemia de Covid-19. La central eléctrica es un proyecto conjunto del Directorio de Desarrollo de Energía de Bangladesh (BPDB) y la Corporación de Energía Térmica Nacional estatal de India (NTPC). Requeriría 1834 acres de tierras y estaría emplazada a tan sólo 14 km al norte del Sundarbans, a 9km del refugio de delfines de Dhangmari y a 4 km del Área Ecológicamente Crítica (ECA) del Sundarbans. Tiene previsto importar 4,72 millones de toneladas de carbón por año, lo que aumentará significativamente el tráfico por el río Pashur, ya que requeriría el paso de 59 buques por día para transportar el carbón.
La tierra donde se proyecta la central es una combinación de tierras de propiedad privada y del gobierno. El destino de estas últimas, conocidas como tierras khash, supuestamente es para apoyar a las personas pobres y sin tierra. Pero en vez de eso, se les están entregando a grandes empresas. Esta tierra rica y fértil se usa para cultivar arroz, criar camarones y sostener las vidas y medios de sustento de comunidades pescadoras y recolectoras de miel.
A comienzos de 2018, casi 2000 personas ya habían sido desplazadas en nombre del desarrollo, y quienes permanecen allí están padeciendo los impactos de la industrialización continua de la zona.
Israfil Boyati, pescador de Dhangmari, lamenta la disminución de las poblaciones de peces de la que ha sido testigo a lo largo de su vida:
“los efluentes químicos de las industrias están envenenando a los peces y hay buques ingresando constantemente al Sundarbans”.
Un hombre en un barco en las aguas de los Sundarbans.
Las/os recolectoras/es de miel también fueron desplazadas/os de las orillas de los ríos donde solían recoger la miel. Los gases industriales están alejando a las abejas tierra adentro y con ellas a las/os recolectoras/es de miel, poniéndolas/os en mayor riesgo de ser blanco de ataques de tigres de Bengala.
El gobierno está apoyando ávidamente el proyecto de central de energía a carbón de Rampal y promete empleos y desarrollo en la zona, pero ¿a qué precio?
“Nunca se podría recrear el Sundarbans ni en mil años. Si el Sundarbans se destruye, ¿quién nos salvará de calamidades naturales como las de Aila y Sidr? El bosque reduce la potencia de las tormentas fuertes y nos brinda refugio, y las raíces de los árboles mantienen juntas nuestras tierras".
- Mohammed Nur Alam, guardián del río Pashur.
“El mayor problema es la desigualdad que existe en nuestras estructuras, y esta desigualdad existe porque la gente más marginada, la que está en el fondo, la más pobre, es la que no tiene voz y no tiene manera de poder valerse por sí misma".
- Khushi Kabir, ONG Nijera Kori.
India, el “gran vecino”, está fuertemente involucrado en proyectos carboníferos en Bangladesh, con la empresa estatal india NTPC siendo el principal protagonista industrial en el proyecto de Rampal. A su vez, el Banco de Exportaciones e Importaciones de India está financiando el 60% del proyecto. Los vínculos entre Bangladesh e India son históricamente profundos y el hecho que la economía de Bangladesh siga teniendo dificultades para despegar y esté plagada de desigualdad hace que el país dependa enormemente de India en términos económicos.
Esto le ha permitido a India presionar interesadamente a favor de los proyectos de carbón en su vecino Bangladesh. Si bien los planes de NTPC de construir una central de energía a carbón cerca del Sundarbans en el lado indio fueron rechazados por el gobierno, sí permitió, presionó y apoyó financieramente el proyecto de Rampal en Bangladesh.
Las comunidades que luchan contra estos proyectos locales de energía sucia en Bangladesh han tenido que llevar su lucha al nivel nacional, con niveles de corrupción muy arraigados y represión de toda oposición a lo que se percibe como el ‘desarrollo’ de los recursos energéticos y la economía del país. La oposición de las comunidades y los esfuerzos de movilización son sistemáticamente reprimidos o desestimados.
“El problema es que cuando llega [financiamiento climático internacional] llega a nuestro país, se destina a cuestiones relacionadas con la corrupción y los proyectos no se construyen de forma adecuada. El mensaje tiene que ser que los países del Norte en primer lugar frenen la energía sucia en sus países, y luego nos indemnicen por la deuda climática.
“Se refieren a Rampal como “desarrollo”. Son todo mentiras. Dicen que tendremos empleos, educación, etc. Nada de eso es cierto".
- Anu Muhammad, destacado activista y académico.
Sin embargo, las comunidades están luchando ferozmente para proteger sus vidas, medios de sustento y ecosistemas de los que dependen. Exigen una Ley de Protección del Sundarbans, organizan manifestaciones y peticiones y continúan oponiendo resistencia a la industrialización creciente de la zona y sus impactos desastrosos.
Un rayo de luz renovable en el bosque
Las comunidades del Sundarbans también están mostrando el camino con soluciones energéticas limpias que benefician a la gente y a los ecosistemas. En la misma área del Sundarbans donde Rampal destruirá el ecosistema y los medios de sustento de la población, las energías renovables de base comunal prosperan.
Funcionarias/os del gobierno local y activistas celebran la energía comunitaria. El Sr. Sudip Kumar Rai (cuarto desde la izquierda) es el presidente del concejo local de Banishanta.
Mujer beneficiaria del sistema de energía solar en la localidad de Banishanta.
En el Sundarbans, el bosque es iluminado por una iniciativa solar inspiradora de la Sociedad de Ambiente y Desarrollo de Bangladesh (BEDS). La organización trabajó con el gobierno local para crear la primera localidad solar del país, la localidad de Banishanta. Una localidad o ‘unión’ es la unidad administrativa de gobierno local más pequeña en Bangladesh. BEDS ha instalado tres estaciones de energía solar en el Sundarbans, que proveen energía eléctrica a 17 aldeas y la sede del concejo local.
Md. Maksudur Rahman, director de la Sociedad de Ambiente y Desarrollo de Bangladesh (BEDS) muestra un mapa de los hogares de la localidad de Banishanta que tienen suministro de energía solar.
De las 3500 familias que viven en la localidad de Banishanta, 3000 tienen paneles solares domésticos o alquilan baterías solares de la oficina del concejo local. Más de 4000 estudiantes pueden ahora leer y estudiar por la noche. Estas/os estudiantes y 6000 pobladores han participado en programas educativos sobre la importancia de la energía solar. Los paneles solares hacen funcionar una fotocopiadora, computadoras y la red wifi. BEDS tiene planificado trabajar con generadores solares próximamente.
Niños muestran con orgullo sus lámparas solares que iluminan sus hogares por la noche. Ellos cargan las lámparas durante el día con los paneles solares instalados en el edificio del concejo local de Banishanta, que también alberga la escuela.
“De alguna manera creamos una matriz energética social. Como la aldea no tiene electricidad, las/os niñas/os traen todos los días las baterías y lámparas a la escuela y las cargan en nuestro sistema solar central. Vuelven a sus casas con las baterías llenas y llevan luz y energía a sus familias, lo que les permite leer y estudiar por la noche, pero también permite que otras/os integrantes de la familia cocinen y trabajen. Las/os niñas/os son las/os que iluminan las aldeas de la región por la noche".
- Maksudur Rahman, BEDS.
BEDS también instaló cerca de allí una Eco-Aldea, una iniciativa de base que apoya a la comunidad con viviendas, negocios, energía y educación inocuas desde el punto de vista ambiental. Eso incluye agua potable y cocinas limpias y capacitación en agricultura y pesca amigable con el medioambiente. La iniciativa impulsa el uso de energía limpia y sustentable mientras preserva los ecosistemas locales.
Los resultados son inspiradores. Ha habido una marcada reducción del uso de querosén y las/os habitantes se sienten más seguras/os por la noche gracias a una mejor iluminación. Muchas personas comenzaron pequeños negocios usando la electricidad solar y esto hace que los ingresos aumenten. Una escuela que hasta hace poco no tenía electricidad, podría ahora incluso tener una clase multimedia. Cerca de 5500 personas obtienen agua potable inocua mediante sistemas de purificación de agua a energía solar, lo que ha significado una reducción de la tasa de incidencia de enfermedades transmisibles por el agua. Esto es especialmente beneficioso para las mujeres que usualmente tienen que recorrer largas distancias para recoger agua potable inocua para sus familias.
Pobladores muestran el panel solar empotrado en el techo de su casa en la Eco-Aldea de la localidad solar de Banishanta, Sundarbans.
Mujeres de la Eco-Aldea de la localidad solar de Banishanta, Sundarbans.
“Para nosotras/os, la educación sobre alternativas es el eje central de nuestro trabajo. Queremos convertirnos en una aldea modelo que preserve la naturaleza y use conocimientos tradicionales para un futuro limpio. Es una iniciativa para solucionar los problemas principales de las comunidades costeras del Sundarbans y construir una aldea modelo inocua con el medioambiente para nuestra propia comunidad y las generaciones futuras".
- Maksudur Rahman, BEDS.
Lo que la iniciativa de energía solar y la Eco-Aldea nos demuestran aquí en Bangladesh es que las soluciones a las crisis climática, social y económica interconectadas existen y sus raíces se hallan en nuestros pueblos y comunidades. Si ponemos el poder de vuelta en manos del pueblo y la gente, hay esperanza de que exista justicia climática y una relación más armoniosa entre las comunidades y ecosistemas, como la que le ha servido de sostén a la población del Sundarbans durante décadas.
Reunión de la comunidad en la aldea de Dudhipur oriental.
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